Amigos blogueros: me despido por un tiempo, posiblemente hasta fines de diciembre.
Les deseo lo mejor y mi cariño de siempre.
María Rosa.
Les deseo lo mejor y mi cariño de siempre.
María Rosa.
La tarde se ha puesto triste
será qué extraña tu voz
y ese juego del amor
acunándose en el río.
Aquel pájaro sin nombre
que acompañaba
mis tardes
emigró con su bandada
y dejó el nido vacío.
Pronto cantará el invierno
en los leños encendidos
otoño
dorado y frío,
contigo llevas mis sueños
el de dormirme
en tu pecho
con tus brazos como abrigo.
.
Fue un pestañeo
y la sorpresa me detuvo,
no estabas,
te habían cambiado
por una rustica pared.
Me robaron la alegría de verte,
tu presencia era mi infancia
brillando entre tus flores.
Las mañanas de colegio,
el delantal almidonado,
el flequillo y la risa
y las piedritas de tinenti en el bolsillo.
Contemplarte,
hacia cercano aquel tiempo,
porque vos estabas,
y tu racimos de rosas pequeñas,
me esperaban como a una amiga
para perfumar de primavera,
mi otoño.
Dónde irán las mariposas,
los recuerdos atados a tus ramas,
las risas jugando entre tus hojas
y el perfume suave
de la vida al sol.
Ya no estás; rosal enredadera,
la esquina quedó vacía,
en tu lugar ha crecido un muro,
que envejece mi mirada
que huele a cemento, a frío y a sueños perdidos.
poema reeditado.
Cuando la noche cierra los ojos
y me quedó sola, te extraño.
En tropel llegan los recuerdos
con imágenes de días y años
es un ejército que desfila
en el espejo de la vida
cenizas de una llama que fue
y el viento eleva en circulos
hasta dejarme abrazada a la
nostalgia
de tu presencia y tu nombre.
En
mi jardín florecieron
Bellas
rosas perfumadas
Son
blancas tan nacaradas
Que
mirarlas da emoción.
Y
si un negro nubarrón
Las
asusta con su manto
Las
alegró con un canto
De
mi guitarra florida
cada
nota es alegría
Que
aleja de ellas el llanto.
En
el viento de la tarde
Llegan
notas musicales
Cruzan
entre los rosales
Y
en el estío que arde
El
agua juega en el balde
Cantarina
y regalona
Mientras
suena la bordona
Suspirando
en su gemido
Cual
corazón afligido
Que
un viejo amor aun añora.
Llegó y me tomó de la mano
corrimos juntas y saltamos sobre la alfalfa
de los campos de Rivero,
como antes,
como siempre en mi imaginación.
Era ella, la infancia
que buscaba rescatarme de la tristeza.
Me rodeaba el cielo azul
y un verde sembrado,
llegamos al ombú y trepé sus ramas,
bebí el rocío de sus hojas
y las ranas del bañado me saludaron
con su croar y sus saltos.
La infancia me soltó la mano
y desperté; alfalfa, bañado y ombú
ya no existían, solo yo,
de pie ante la inmensidad de un sueño,
sonriendo, me abrazaba a un cielo azul.
Se me escurre el amor entre las manos,
secas, frías. El ayer
se ha vuelto lágrima y recuerdo,
llegan colores y aromas.
Los felices son verde jazmín,
nogal de enero, crespón y rosal.
La nostalgia llega con perfume
a menta, a romero, albahaca
y rosas rojas, trepando la pared.
Hasta el rocío huele a pan tostado,
a café, a la ternura de tu beso,
a las palabras que no te dije,
a la lluvia que baja hasta mis manos
e intenta lavar el dolor y solo reaviva la herida.
Era rojo el vino y el placer
que daba verla,
la seda y los labios de la mujer,
o era un ángel; no lo sé.
Nubes rojas la envolvían
en un sueño tan rojo
como el velo que flotaba
y cubría su desnudez.
El tiempo y el pincel se han detenido,
han quedado en el
ayer
la imagen fue un instante, tan real,
solo fue niebla que se lleva el sol
tal vez mañana regrese el sueño
el rojo, el cristal, y el agua,
vuelva a ser verdad.
Vuela colibrí
trae la luz a mi alma
dame tu paz.
Abre tus alas
siembra en mi tu alegría
veloz imagen.
La flor te espera
sutilmente te llama
entre hojas verdes.
La lluvia es triste
me falta tu sonrisa
colibrí amado.
Te estoy perdiendo
intento retenerte
y soy un fantasma con manos de cera
que tu fiebre ablanda.
Sonríe tu tristeza
y me refugio en ella
socavando restos de aquella alegría,
que se vestía de verde
entre pinos y nogales,
nuestras manos hurgando en la tierra
semilla y brote,
raíz y flor,
ya no será lo mismo,
me queda un hilo de esperanza
para retenerte y atarte a mi cintura
con un lazo de vida.
HAYKUS
El viento danza
sobre piedras musgosas
bajo la luna.
------------------
Mis ojos buscan
inalcanzable sueño
noche cerrada.
------------------
Lunar reflejo
es un surco en el mar
se ve brillante.
HAYKUS 2
Cielo plomizo
Bandada de pájaros
Campo amarillo.
Árbol dorado
Atardecer, aromas
Cielo otoñal.
¿Quién es?
Ese hombre que camina por la playa,
se detiene,
parece congelarse en ese instante,
mira sin ver el horizonte
y sigue.
Rompe con sus pies descalzos la arena seca,
imita al barco lejano que empuja
y desgarra el mar.
Qué lo lleva a volver cada mañana
a recorrer la playa
qué ausencia espera
qué misterio lo habita
y lo lleva a seguir andando
perderse entre los riscos
hasta ser un punto lejano
que se traga el mar.
No tengo grandes penas que contar
ni engaños amorosos.
¿Qué clase de poeta puedo ser?
De un corazón herido, de un amor desolado,
nace la poesía.
También nace del murmullo que canta el río,
de la mariposa en la flor,
del alto ciprés que acompaña las tardes
cuando me estremece el frío,
parece una pintura de Van Gogh
por la elegancia de
su estilo.
Hay noche en que la luna sale a pasear
viste de plata y nácar el jardín,
se refleja en la hojas adormecidas,
en las rosas, en las flores del jazmín,
las despierta, las besa y se lleva su perfume,
ladrona de amores, quién diría,
al verla tan seria y callada,
cuántos secretos nos diría… si ella hablara.
El reloj me mira
mueve sus agujas
y se ríe con su boca repleta de horas,
las desgrana con su lento tic tac
se asoman imágenes,
horas pasadas, días perdidos.
¡Qué se vayan!
Que las lleve el olvido
a su mundo lejano
y arcano las guarde con
ceniza,
con una coraza,
les ponga candado
y me dejen en paz.
Árbol
talado
al
que solo la niebla visita,
al
que besan las hojas ajenas
entre
los plieges de tu silencio
y
sin embargo sigues en pie.
Qué
esperará tu raiz oscura,
qué
extraño destino te lleva
a
permanecer
entre arboles jovenes
que
te acompañan
silentes
como claustros.
Cada
tanto aparece un brote
que no
soporta al invierno
se va doblando, cambiando de color
hasta
ser un vástago gris.
Una
lámpara que titila
dibuja
siluetas en la pared,
hay
magia y silencio,
manos
que reposan
sobre
un libro de hojas amarillentas,
labios
cerrados con sabor a madreselva;
esperan, tras el ventanal.
Una
luna curiosa se va deslizando.
El
lar se ilumina,
los
ojos se cierran,
el
vino se duerme,
dos
copas vacías…
Y
él no llegó.
Moldeada por la vida
que va cavando mi destino,
permanezco.
Hay imágenes que cruzan
dejando una estela
de sombras perdidas,
un tic tac de relojes,
campanas que tañen,
sonidos que aturden,
extraño las voces
que ayer me habitaron;
risas, discusiones, se han perdido
entre tanta soledad y abandono.
Nada espero,
en el fatal encanto
de un futuro incierto.
HAYKUS
Entre las ramas
Un zorzal solitario
Suave su canto.
Luz otoñal
Ficus brillante jade
Reflejo audaz.
Embelesada Las miro en la noche Bonitas brillan Juegan sus luces blancas Eternas luciérnagas.