Abrí la puerta y ella entró.
Emoción viajera, paleta de
colores,
marfil, gris, verde y
rosa.
Y estallé en risa,
me deje envolver en luz.
Y la felicidad fue
agua,
que resbala y se pierde
y se fue
tan ligera como había llegado.
Alegría loca,
que se deshoja y vuela
volverás otro día,
a bañarme de savia nueva.
Alegría no me olvides,
que la melancolía me ronda,
te necesito,
por las puertas que
no cerré,
por los sueños que no viví,
y los gritos que callé.