Los médanos cubren el paisaje,
Dibujan las caderas de una mujer.
Más allá,
el horizonte es una línea,
entre el cielo y el mar.
Suspiro de espuma
entre las curvas sinuosas
llegan y se alejan
capricho del viento
jugando con él.
En la casa
arden los maderos,
el olor a mar entra por los resquicios,
mundo especial,
reino de los leños.
La arena se levanta
escala el aire,
velo de escarcha
que apaga el paisaje
y se proyecta contra los cristales.
Es invierno,
su perfil es crudo.
Quiero cerrar la puerta
de esta casa imaginaria,
que regresen los pájaros
que el sol habite en libertad
y el silencio no exista.