Eran sombras, no palabras
entre papeles
olvidados
progenies que olvide
y no llegaron a convertirse en poemas.
El fuego los devora, se retuercen
saltan palabras que nada dicen
nada recuerdan: adiós, te quiero, ayer, plaza…
Afuera llueve y el olor a tierra mojada se filtra,
invade,
intruso, que me recuerda que todo termina;
la lluvia, los juramentos, el aroma
de las rosas marchitas al quemarse
y las palabras de amor que no llegaron a un verso.