Son mías las horas y el timón de mi vida,
no necesito un cántaro de mentiras
ni el beso regalado a tantas.
Quiero despertar cantando,
a pesar del
naufragio,
a pesar de la cuerda que quiere alcanzarme
y que oscila sobre mi cabeza.
Mi vida es mía, los días y las noches,
los amaso, como pan
de cada día.
Tu camino y el mío,
no pueden unirse,
ya paso ese tiempo,
se murió la hoguera,
ni siquiera el
rescoldo,
brilla en las cenizas.