Campanas llegan de Oriente
Un niño trajo la luz
Brillan sus ojos vivaces
Lo llaman el buen Jesús.
Nadie le daba cobijo
Cuando el pequeño nació
Solo un pesebre muy viejo
En sus brazos lo abrigó.
La Virgen susurra un canto
Para que duerma el Señor
En los brazos de su madre
Ya se ha dormido el amor.
mariarosa
I
Recuerdo el patio viejo
frescor de helechos
cercana y tan querida
es tú
presencia
mi madrecita amada.
II
Bajo un cielo con nubes
lluvia furiosa
bailando en la ventana
aroma a tierra
a lavanda
y laurel.
Hay vigilia en mis brazos y en mi boca
me dueles y lo sabes,
conoces del aroma
que en la madrugada puebla el jardín
de pinos y jazmines.
Todos duermen, también las palomas
alguna como yo, desvelada, cruza en silencio
buscando la paz que simboliza
o un mundo de vuelo interminable.
Será la culpa de haberte dejado ir
la que me desvela
o el miedo
de que vuelvas a mi lado,
hay un sedoso hilo transparente
que separa el amor del
rencor
los dos me acosan,
espina atravesada en mi garganta
que bifurca mi sangre
es un duelo que cada
madrugada
agónico renace, aguijonea mi sueño
hasta lograr desvelarme
ni un poema me salva
ni el roce imaginario de tu mano.
La lluvia sobre el río dibujaba círculos
extraña maravilla
que lograba darle al
día
un escenario especial
sin ayeres ni futuros
levantamos castillos de arena
con solo una mirada,
no fue absurdo soñar
pensar en el amor
con los corazones ardiendo en una llama
de pronto tu mano en
mi mano
arcana ternura que nos dejó soñar
creímos que podíamos vencer la realidad…
y casi lo logramos.
Estimados amigos me despido por un tiempo. Gracias por tan linda compañía. Felicidades y bendiciones. María Rosa
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