Palabras,
que quedaron grabadas
en un papel.
Mundo lejano,
perdido,
que regresa
al abrir un cofre olvidado.
Ya no duelen
son sólo eso, palabras
que en un momento,
causaron
lágrimas,
y hoy,
amarillas, gastadas
sólo sirven
para que el fuego
las abrace y
las convierta en cenizas.