Por mis ojos cerrados cruzó un reflejo, rápido
como el vuelo de un ave.
Ninguna luz había en el campo, ni una
estrella; hasta la luna dormía, envuelta
en una nube que anunciaba tormenta.
En el cuarto, apenas una cama, una silla
y un ropero que conoció mejores tiempos
y en la pared como una joya de un pretérito olvidado; un espejo. Quién sabe cómo
y de dónde había llegado hasta ese humilde hotel de campo, sin muchas pretensiones. Su marco
de madera mostraba huellas de su antiguo
lustre y el misterio lo rodeaba como un aura,
Algo que no supe entender, sucedía
en las noches, desde del cristal brotaban luces que se elevaban, se expandían y al
cruzar la ventana, como una bruma
de pequeños brillos, viajaban por el campo.
Antes que el sol abriera sus brazos, un murmullo semejante a un chisporroteo me
despertaba, las luces regresaban, habían
cambiado su forma, ya no eran reflejos y sin la niebla se los distinguía
claramente; eran rayos minúsculos, zigzagueando entre la luz del amanecer. El
humilde cuarto se iluminaba y en pocos
minutos volvía a ser la habitación de un pobre hotel de campo, con la simpleza
que durante el día me obligaba a pensar,
si no habría sido un sueño.
En las tres noches que viví en el hotel,
se repitieron los movimientos de luces y
no logré desentrañar el enigma.
¿Eran espíritus en pena, condenados a escapar cada noche de su caja de
cristal?
¿Qué extraño mundo salía del espejo, cuando
por mis ojos cerrados cruzaba su reflejo?
Luego de varias semanas sin computadora y sin blog, he regresado. El viejo y querido "Cuentos y Poesías" se a perdido por capricho de Blogger. El blog esta, pero no puedo entrar a el. Sera un recomenzar y desde ahora seguiré publicando en esta nueva casa; "Cuentos y Poesías 2".
María Rosa