Ese hombre,
risa cristalina,
manos de seda;
sabe hacerme
estremecer.
Ese hombre
me quita el
sueño,
me lleva y trae
por sus antojos,
está en mi
sangre,
en cada
pensamiento
en mí deseo
mañanero,
en mis tardes de
ansiedad.
Y yo sé;
que no siente lo
mismo, por mí,
igual,
sigo esperando…