El reloj me mira
mueve sus agujas
y se ríe con su boca repleta de horas,
las desgrana con su lento tic tac
se asoman imágenes,
horas pasadas, días perdidos.
¡Qué se vayan!
Que las lleve el olvido
a su mundo lejano
y arcano las guarde con
ceniza,
con una coraza,
les ponga candado
y me dejen en paz.