En el mantel hay recuerdos,
manchas de vino derramado
de duraznos maduros,
de uvas oscuras,
de algún aceite que no llegó al
plato,
manchas que fueron vida
en las fiestas familiares;
Cumpleaños, Navidades,
reuniones gozosas,
donde el canto matizaba
con su sello de alegría.
El viejo mantel, ya no se usa
nuevas fibras remplazaron su hilo blanco,
sin embargo, ninguno como él
para guardar la historia de los
que somos
y de los que ya no están.