Cuantas mentiras
disfrazadas de verdad
en el amor, en
la política, en la guerra,
mentiras que he
creído y no las he reconocido.
Servidas en mesa
con mantel
entre sábanas de
seda
en discursos que
ofrecían un vergel.
Sombras vanas,
sin esperanzas,
se llevó el
viento las palabras
las mentiras llegaron al desierto
y murieron de
sed.
Es tan fácil
abrazarse a un sueño
y tan triste
verlo caer
que a veces nos
mentimos solos
por buscar lo
que no puede ser.