El cuadro esta quieto
y sin embargo,
hay movimiento en él
entre colores esfumados
rumor de noche
galope furioso que se
adivina
las orejas como lanzas
y los belfos trémulos
musculo y nervios tensos.
El relieve los separa,
el viento los lleva
aunque ellos no me ven
imagino, me presienten.
Van a escapar de la imagen
por un campo plateado
entre sauces y sombras.
Se pierde la noche, amanece;
La luz todo lo cambia,
al fin,
yo soy el cuadro y mi mente la
pintura.