Se mueven las sombras,
son las ramas que el viento agita,
las hojas vuelan,
un ángel las sopla,
las hace brincar en el aire.
Otoño,
Dorados colores, pintores fugaces,
juegan con los árboles.
No quiero demorarme en las hojas,
quiero elevarme con la brisa,
provocar a las nubes,
saltar sin miedo y hundirme
en el blanco algodón de su cuerpo.
Otoño,
Me gustan las plazas,
pintarrajeadas de ocre.
De Van Gogh el
amarillo,
de Monet el morado en
los arbustos,
sin lirios ni nenúfares,
ni jardines esfumados.
Colores de otoño,
bellos,
en la loca ilusión de una aprendiz de poeta.