Me
dan pena los rosales,
tan
huérfanos de sol y flores,
en
sus hojas,
las
que quedan;
el
verde se ha perdido.
El
otoño dispersó su belleza,
transformó
el suelo en una alfombra gris.
Duermen
los colores,
descansan
en su círculo vital,
esperan
a septiembre para renovarse
y
vestirse de vida y luz.
Es la ley de la naturaleza, pronto llegará el invierno haciendo desaparecer por el momento al otoño, todo es una cadena, lo mejor disfrutar cada tiempo. Un abrazo!!
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