"Montañas de Esterel" pintura de Claude Monet
El viento curvó
tu espalda,
soldado sin
guerra, que oscureció la sal.
Qué desamparo habrá visto Monet en tu imagen,
que te inmortalizó, solitario y lejano.
Eres árbol
tallado por años,
huérfano de
flores y nidos,
así te
conocieron las generaciones,
constante frente
al mar.
Te cantan las
olas, viejo solitario,
te acuna la
brisa que llega,
desde el macizo lejano, allá en Eterel,
te saludan las
montañas,
jugando en el
celeste de una niebla que no vemos,
pero adivinamos sobre los picos nevados.
Y tus ramas se
inclinan al lejano horizonte;
¿a besar el
agua?
¿A robar colores
al cielo dormido?
Sólo tú lo
sabes,
por eso el
artista modelo en su pintura,
a un árbol firme entre las piedras
y habitante de
un tiempo que no vuelve más.